Atenea

ES

Esta pieza forma parte de la instalación artística  titulada My War Against Love is Over realizada por Ana Sting durante la semana del 27 de enero al 2 de febrero en C/Alejandro Sanchez 94, Madrid, España. 

La artista reflexiona acerca del choque entre la muerte y el amor en su proyecto My War Against Love is Over. A partir de una experiencia de ruptura, la artista entra en un período reflexivo y solitario donde se pregunta acerca de su entorpecimiento relacional constante, su negación del amor. De esta forma, la soledad que surge como consecuencia de desprenderse de cualquier vínculo y realizar este proceso de introspección es considerada como beneficiosa. Poco a poco consigue reconciliarse tanto con los demás como con ella misma, percatándose de que, al final, aquello que ha provocado la guerra entre ella y el amor es precisamente el miedo a la pérdida del mismo. Para entender y así poner fin a esta guerra interna, Sting traslada al ámbito de lo real su campo de batalla.

Para reflejar su conflicto interior, Sting crea una serie de obras pictóricas cuyo color rojo remarca la dimensión visceral de su batalla. Este entra en diálogo con la fragilidad transmitida por el bordado blanquecino que enmarca algunos de estos retratos impresos en algodón. Las representaciones de la artista, realizadas a través de auto retratos alterados con inteligencia artificial, oscilan entre la figura de la santa, asociada a la paz, y la del caballero medieval, relacionada con la guerra. De esta forma, la artista no solo juega con el simbolismo de los roles de género sino que también nos presenta su deseo de metamorfosis: del conflicto a la sanción.

EN

This piece is part of the artistic installation titled My War Against Love is Over, created by Ana Sting during the week of January 27 to February 2 at C/Alejandro Sánchez 94, Madrid, Spain.

The artist reflects on the clash between death and love in her project My War Against Love is Over. Stemming from an experience of heartbreak, the artist enters a reflective and solitary period, questioning her constant relational hindrances and her denial of love. In this way, the solitude that arises as a consequence of detaching from any bonds and undergoing this process of introspection is seen as beneficial. Gradually, she manages to reconcile both with others and with herself, realizing that, in the end, what has caused the war between her and love is precisely the fear of losing it. To understand and thus bring an end to this internal war, Sting brings her battlefield into the realm of reality.

To reflect her inner conflict, Sting creates a series of pictorial works in which the color red emphasizes the visceral dimension of her battle. This interacts with the fragility conveyed by the whitish embroidery framing some of these portraits printed on cotton. The artist’s representations, created through self-portraits altered using artificial intelligence, oscillate between the figure of the saint, associated with peace, and the medieval knight, linked to war. In this way, the artist not only plays with the symbolism of gender roles but also presents her desire for metamorphosis: from conflict to healing.